jueves, 24 de julio de 2014

NO SE RINDAN IV

En mis anteriores Cartas al Director a Cartas del Lector, exponía una serie de abusos cometidos por multinacionales diversas en el desempeño de su actividad, a los que los ciudadanos siempre nos vemos sometidos por el poder que aquellas tienen y las limitaciones de todo tipo que los gobiernos de turno nos imponen.
Pues bien, en mi afán de no rendirme ante estos atropellos que al igual que yo sufren miles de personas en todo el país, y a todas horas, he querido ser de alguna forma su humilde portavoz y su activo defensor y así he llevado a los tribunales de justicia un nuevo atropello.
El hecho se remonta a 2011. Una conocidísima multinacional de distribución de prensa y revistas, que en España tiene la exclusiva de las revistas de mayor tirada nacional, procedió en su día a cortarme el servicio y a dar unilateralmente por finiquitado el contrato, dejándome sin servicio en mi establecimiento, abusando así de su privilegiada situación de exclusividad.
Todo ello porque era frecuente el suministro de la mercancía sin ningún tipo de embalaje, con faltas continuas en el suministro y faltas de abono en los invendidos devueltos.
Con cada incidencia se mandaba una reclamación, que nunca era atendida llegándose hasta el extremo de primero prohibirme por escrito la comunicación con la distribuidora y luego sancionarme suspendiéndome el servicio.
Por todo ello presenté una demanda judicial en solicitud de Medidas Cautelares Previas, que llevó a la inmediata reposición del servicio mediante un Auto judicial y paralelamente presenté una nueva demanda por Daños y Perjuicios que culminó en febrero de este año con un acuerdo extrajudicial por el que la empresa demandada me indemnizaba con 5.000,00€ a condición de no ir a juicio.
Este hecho, del que deduzco que buena parte de los pequeños negocios de prensa y revistas están afectados por abusos similares, es reprobable en todos los sentidos, porque dichas multinacionales fijan sus propios márgenes comerciales, y también perciben unas cuotas fijas semanales por la distribución de sus artículos, todo ello abusando de esa exclusividad que tienen y que impide al autónomo poder elegir a otra distribuidora si así lo desea.
Quiero con este nuevo escrito hacer una llamada al sufrido pueblo llano, a que no se deje amilanar, por muy grande y poderosa que sea la otra parte, y que hay que tener fe ciega en la justicia, siempre que las demandas sean justas y legítimas.
Yo, que soy un ferviente admirador del papa Francisco, suscribo totalmente un artículo reciente sobre su figura: “Critica el sistema capitalista porque descarta a los más débiles, arremete contra los fundamentalismos, denuncia la corrupción de los políticos y la avaricia depredadora del sector financiero”
Si permitimos que nos impongan tasas judiciales por acudir a defender nuestras causas ante los tribunales e incluso si toleramos cándidamente que nos cierren los Juzgados, es como permitir que nos arrebaten ya lo único que nos queda: nuestra dignidad.

¡Nuca lo permitamos!.

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